Carta de una docente
Elisabeth Hernández Falcón
Miembro del Secretario Nacional del STEC-IC
Termina el curso, termina el teletrabajo y el caos de horarios, termina el confinamiento y se da comienzo a una “nueva normalidad”. Normalidad que nos llega a trompicones, nos llega por imposición sin saber que nos depara el futuro. El futuro se mira con asombro pero también con ilusión. Todo son emociones encontradas. Encontradas y al mismo tiempo perdidas.
¿Volveremos en septiembre a nuestros centros educativos? ¿Volveremos de manera presencial? ¿Volveremos telemáticamente? ¿Los centros estarán al 100%? ¡Adaptados o no! ¿Será posible que los politicos consigan ponerse de acuerdo en este tema tan importante para nuestros alumnos y alumnas, y profesionales que trabajamos en Educación? Y así podriamos seguir con múltiples preguntas...
La incertidumbre es la palabra que más resuena en las mentes de todos y todas los docentes en Canarias. ¿Se hará en verano todo el trabajo que no se ha hecho durante estos meses atrás? ¿Cómo? Los docentes nos merecemos respuestas pero sobre todo hechos fehacientes sobre el inicio del próximo curso 2020-2021.
Recursos. ¿Están todos los centros en disposición de espacios y recursos para empezar el curso? Se mantendrá el mismo numeros de docentes en los centros o se va a crear empleo para suplir la crisis sanitaria existente hoy en día, esto es fundamental saberlo. A estas alturas es inadmisible que todas estas cuestiones sigan sin respuesta.
Los docentes han dado su trabajo, tiempo y esfuerzo con creces, eso que quede bastante claro, y además, no se ha valorado como se debería.
Brecha digital o social. Pase lo que pase, todo nuestro alumnado tiene derecho a recibir una educación de calidad. Esta brecha en los tiempos que corren no se puede tolerar. Necesitamos estar por y para una Educación Pública de Calidad.