JUBILADOS, PENSIONISTAS, DEPENDIENTES Y PARADOS DE LARGA DURACIÓN: NUEVO Y DECISIVO FRENTE DE LUCHA

Todos aquellos que nos incluimos en el llamado campo del progresismo, tradicionalmente hemos considerado a la juventud y los trabajadores activos como el campo idóneo y de futuro para desarrollar nuestra labor de lucha y transformación social. Por el contrario, la llamada tercera edad o sector de los jubilados, junto también con los pensionistas, dependientes, viudas, y parados,  etc.  siempre nos ha parecido el hueso más duro de roer y más proclive al conservadurismo, el tradicionalismo,  y la resignación ante el sistema opresor. Sin embargo, la dura situación actual y, sobre todo, los cambios brutales que se avecinan, van a poner en duda este segundo supuesto, si es que ya no lo está.  De lo que suceda en el sentir y la conciencia de estos grupos sociales, se juega buena parte del resultado de esta lucha histórica a cara de perro que nos ha tocado vivir. Por tanto, es decisivo conocer cuál es la situación actual, cuál la realidad por venir,  cuáles nuestras dificultades, y cuáles nuestras fortalezas a la hora de diseñar nuestras tácticas y nuestra estrategia.

En estos momentos lo actual y evidente es que nuestros mayores, después de una vida de lucha y sacrificios, se están encontrando que el esperado,  ansiado y merecido descanso en la etapa postrera de su vida no es el que suponían. Las pensiones de jubilación  pierden poder adquisitivo mes tras mes, y el resto de beneficios indirectos que recibían, también van siendo laminados poco a poco: las medicinas dejan de ser gratuitas y se implanta el copago, el acceso a la sanidad se dificulta y masifica, los descuentos o gratuidades en otros servicios como el transporte, los viajes, etc. siguen el mismo camino de recortes, etc. Además, en este nuevo mundo convulso e inseguro, nuestros mayores son las presas preferidas de todo tipo de delincuencia, sea común (robos y asaltos en domicilios) como de guante blanco (estafas de todo tipo, preferentes, etc.). Por si fuera poco, la crisis (estafa financiera) económica  que sufre  la sociedad española afecta directamente a sus hijos y parientes hasta tal punto que su casa, sus propiedades, su menguante pensión se convierten en el salvavidas último para que éstos puedan sobrevivir a los desahucios, el paro y la ruina. La casa y el dinero de los abuelos se convierten en el hogar y sustento de varias generaciones.  Pero esto sólo es el primer paso de su agonía social. La próxima reforma de las pensiones que anuncia el PP va a dejarlas reducidas en un porcentaje brutal, así como  en el limbo de la inseguridad según sean los Presupuestos Generales del Estado de cada año. Y en este grupo de dolientes, como ya se señaló anteriormente,  hay que incluir no sólo a los jubilados, sino también a cualquier tipo de pensionistas, viudas, dependientes, etc. Una masa social inmensa que va a tener, junto a los parados de larga duración, un presente y futuro de pobreza,  rozando la miseria más feroz. Qué consecuencias y cambios tendrá en la forma política de pensar y actuar de estos ciudadanos, depende de varios factores contrapuestos, que habrá que tener en cuenta:

Factores negativos:

1.- El cansancio de una vida de sacrificios y esfuerzos, con sus secuelas físicas y síquicas, empuja al jubilado, pensionista,  dependiente e incluso el parado de larga duración hacia la apatía, la resignación y la depresión  ante una situación que fácilmente  les puede desbordar y ser superior a sus fuerzas.

2.- El Estado, en evidente y programada coordinación con la religión (o religiones), se lanzará hacia una labor de sustitución de la Justicia Social por la Caridad. Se incrementarán y crecerán  como setas las ONGs de raíz creyente dirigidas especialmente a los mayores,  pensionistas, dependientes y parados sin ayudas, a los  que repartirán alimentos y ofrecerán sucedáneos de ayuda social a cambio de “cristiana resignación” y “santa paciencia y quietud” en la esperanza del descanso y la justicia en el Más Allá.

Factores positivos:

1.- Esta masa social dispone normalmente de tiempo libre suficiente para crear, organizar y realizar acciones de lucha efectivas. Añádase a eso que no están coaccionados  por ningún jefe o por  compromisos laborales que dificulten su actuar, como les sucede a muchos trabajadores.

2.- La socialización del sufrimiento dentro del entorno familiar entre varias generaciones que conviven juntas por dificultades económicas ayuda a la mezcla (socialmente reivindicativa) del empuje de los más jóvenes con la experiencia de los más ancianos.

3.- Pensiones renovables según alza del coste de la vida y gratuidad de la sanidad y los medicamentos han sido dos puntos cuasisagrados de varias generaciones de jubilados, y su ninguneo por este gobierno serán difícilmente asumibles por la población de mayores.

4.- La actividad en los mayores, pensionistas y dependientes es muy positiva física y sicológicamente. La posibilidad de volver a embarcarse en la nave de la lucha y la reivindicación, y más si es por su propia dignidad y bienestar, ayudaría  a muchos a recuperar de nuevo sus fuerzas de antaño.

Nuestras tácticas y estrategia ante esta situación:.-

Mucho se ha hablado de los nuevos movimientos sociales y organizaciones que han aparecido al calor de la crisis (estafa) que nos aqueja: 15 M, PAH, etc. Sin embargo, soy de la opinión que el movimiento más interesante surgido en estos tiempos convulsos ha sido el de los conocidos por “yayoflautas”. Grupo que, si no ha alcanzado todavía una relevancia importante, es porque todavía no hemos sido conscientes de su inmenso potencial y porque la situación todavía no ha llegado al grado de deterioro que es de esperar para los próximos meses y años.

¿Cuál debe ser la actitud de los partidos, sindicatos y organizaciones progresistas ante nuestros mayores? Parafraseando un lema histórico del feminismo, hay que decir que “la lucha de nuestros mayores será obra de ellos mismos o no lo será”. No hay que ir en plan caritativo ni asistencial hacia el jubilado. Por sí mismos tienen la suficiente experiencia y capacidad para realizar por sí mismos la ingente tarea que se les viene encima. La función   de los que todavía no hemos alcanzado esa etapa de la vida es facilitarles la labor, apoyarles y coordinarnos con ellos en la gran lucha común frente a este sistema que nos aplasta a todos. ¿En qué acciones se concreta nuestra labor como activistas  de izquierda, sindicalistas  y progresistas?

A:- Aquellos que pertenecemos y militamos en sindicatos debemos empujar para que la sección dedicada a defender y asesorar a los jubilados  mejore, se refuerce o, en su caso, se organice  si no existiera. Lo mismo con los otros sectores de pensionistas y parados.

B.- Los que nos movemos en organizaciones de barrio debemos ayudar a la creación y/o refuerzo del asociacionismo democrático y reivindicativo de los derechos de nuestros mayores, pensionistas, dependientes, viudas, etc.  facilitando la coordinación de éstos, de forma que su lucha transcienda más allá del barrio y el  municipio, y afronte retos de ámbito estatal.

C.- En los temas de asistencia social, nuestros representantes municipales, sea en el gobierno o en la oposición, prestarán especial atención a la implementación de medidas de Justicia Social (y no de caridad) dirigidas a estos grupos sociales, evitando  que esta labor sea ocupada y manipulada por ONGs caritativas con fines religiosos.

D.- En general, en las organizaciones progresistas te tendrá en cuenta que los cambios sociales que se están produciendo y se avecinan hacen que estos grupos sociales pasan a primer plano de la lucha. En especial organizaciones como los “yayoflautas” y similares deben contar con todo nuestro apoyo y colaboración.

Tomás Ramos

Afiliado del STEC-IC de la isla de La Palma